Infinidad de logros, metas alcanzadas, sueños, como gustes llamarles, lo he tenido TODO. No al mismo tiempo, pero sí lo he tenido todo.
… y de caidas, fracasos, fallas, tropiezos, proyectos fallidos, son incontables. Mi errores fueron x100 por cada vez que logré algo.
El plena depresión, el cerebro buscaba dopamina barata que le hiciera sentir algo. Lo que sea pero ALGO. Fueron meses adicto a tocarme en soledad. Insaciable.
No era el sexo, no eran ganas de estar con alguien. Era lastimarme, humillarme y químicamente hablando, me conté la historia que era lo que en ese momento mi única forma de sobrevivir. Mi cerebro necesitaba segregar algo… y yo también. Así de vacío. Darle al alma un flageo placentero… Un placer sucio con culpa.
Empecé con un día difícil, domingo. Veinticuatro horas sin tocarme.
Así me dio el lunes, el martes, el miércoles y me falle el jueves.
Fueron 3 días salvajes… y así nuevamente el Domingo.
45 días sin tocarme.
No hay logro del cual me sienta tan orgulloso como ese.
Entendí tanto de la vida, aprendí mucho del hombre, su proceso, y llegué a la conclusión de lo ignorante que soy. Curioso.
En uno de mis momentos más bajos. Sin amigos, sin responsabilidades, sin nadie a mi lado, con un desconocimiento de mi ser, fui más fuerte que yo.
La lección más grande que me dio esta experiencia fue… En algún momento, durante esta depresión, creí no volver a encontrar la felicidad, porque en verdad no se encuentra la manera. Había perdido todo lo que me hacía feliz. En mis cuarentas, lo que mi cerebro tenía programado para hacerme sentir feliz, no se veía cerca, es más, ni se veía.
Pero al tener la meta definida de no tocarme, al valorar mi esfuerzo, al sentirlo, aguantarme las ganas, y retarme a que yo soy más fuerte que mi deseo, y llegar, y cumplir la meta, es… uff! Una venida x100.
Hacía muchos años que un logro me hacía sentir tan orgulloso de mi y eso, me hizo feliz.
Esa fue la lección más grande:
Mi cerebro segregó químicos que me hicieron sentir feliz. Y me sentí feliz al cumplir un meta PERSONAL. Mía. Entonces, si quiero sentirme así de feliz, metas hay que cumplir.
Esa fue la lección más importante que me dio el no jalármela por 45 días.
Logra cosas que te hagan sentir orgulloso de ti. Aunque sea en silencio. Busca sentirte orgulloso de ti. Volverás a sentir eso que se recordaba como felicidad.