Qué difícil escribir estas líneas. Expresar con el arte que no elegí, deshacer el nudo que lleva tiempo ahogándome.
A inicios del 2024 me separé de la persona con quien mantuve una relación por un poco más de 7 años. Entre el viaje a Colombia y seis años de aventurillas a la luz, le tuvimos que pedir que se retirara. Fue difícil y eso que como pareja, tomamos el camino fácil; el Adiós.
Me desconozco al desmenuzar cada uno de mis años, con y sin ella, for now, I need to keep it simple. Antes de ella ya estaba más dañadito.
Casi un año desde el inicio del final, en silencio. Aguantándola como “hombre”.
La lucha con el presente, la cotidianidad, las preguntas que no callan, las voces, las culpas, los por qué`s sin respuesta, y la gota que ha derramado el vaso, es que aun me involucren con ella.
Es natural que me preguntarán cómo estaba, pero evitando respuestas, aun me sentía responsable de nosotros.
Entre Kronos y yo quedamos en que él se encargaría de mi paz mental mientras yo me mantuviera ocupado. Le pedí al gran arquitecto que evitara ponerme en el camino, personas en común por más necesarias que fueran, pero han sido varios tragos amargos. Me sentía de rodillas recogiendo pedazos de integridad al responder, y sin razón alguna, porque ya no compartíamos la vida, fue difícil.
Hace más de seis meses que no la veo.
Le pedí contacto, y tuvo la cordialidad de permitirme vivir mi duelo. Se lo pedí como favor. Me hizo el paro. No faltó el mensaje de reclamo, de coraje, de ternura durante este proceso. Me sirvió bastante. Saqué todo lo que pude. El que haga evidente su vida en lugares públicos me brinda la tranquilidad de continuar mi proceso.
No, no me está poniendo el cuerno. No es conmigo con quien está. Es libre. Siempre lo fue, tenía la libertad hasta de invitar para divertirnos juntos, pero quiso jugar sola.
Una mujer “soltera” tiene con todo el derecho a decidir quien entra y sale de su vida. Aparentemente también las que están en relación. Pero las decisiones que ha tomado en los últimos meses no llevan influencia mía.
Está de moda “ser soltera” y traer un desmadre tras las cortinas del escenario.
Por conocidas, desconocidas, amigas y ahora testigo, me doy cuenta que el “soy soltera”, significa; se las doy un casado o con compromiso que no me quita tiempo, mientras me paseo con varios que de vez en cuando también se las presto, y me entretengo con otros en línea…? Descubrí lo que eso representa ser “soltera” en estos tiempos.
Es un trago amargo darle la razón a mi ex suegro. El padre solía decir que las madres solteras son para entretenimiento, que no sirven para hacer familia, que es un tonto quien se mete con una. Una lección bien aprendida y aplicada por su retoño. Triste. Y yo caí.
Por un momento, me pesó, me dolió de una forma profunda y sin razón, imaginar que quien fuese mi mujer, mi compañera de vida, ahora es la otra, la tercera en discordia en un hogar, el entretenimiento en línea de varios jovencitos con el buenos días, las buenas noches y tiernos mensajes. Me dolió mucho y no quiero, no quería este sentimiento. Pero sólo idealizaba. Nada que ver con quien vivía conmigo. Me fue difícil entender la limerencia y la falta de autocontrol. Desde dónde viene. Estaba consciente del tipo de mujer había elegido para compartir mis años, pero en complicidad, y me excluyó de la fiesta.
No es la putería, es la deslealtad.
Es como un vicio que se está dando y no pueden controlar, tristemente, con tanta información adquirida, lo generalizo. Imposible para un hombre en pareja cesar tantas emociones o competir en atención demandada basada en necesidades emocionales y a la vez, cumplir con sus responsabilidades. No mms! Al menos para mí, fue imposible. Benditas mujeres: Cuerpos insaciables con síndrome de querer vivir como bebé; con todas las libertades, en el momento que lo requieren, y sin consecuencias. Casi Imposible siendo adulto, o no alcanzo a ver?
Creí, pude jurar, que nuestra libertad en pareja era basada en Integridad, en complicidad, y no en traición ni herir a terceros. Quise estudiar para entender por qué tiene que haber traición, mentira o secreto, sino, no les sabe. No prende, no excita. Qué difícil situación para ellas. Insisto, esto también lo generalizo. Como pandemia en silencio. Demasiado común, no soy el único, no estoy solo.
Benditas maestras, son divertidas, fue clara al decir que habían dos tipos, y ella no era de las mensas. Montado el escenario y tras bambalinas al bailar la vida, todos callan todo, hasta lo qué pasa en los viajes. Que decepción. Tantas familias.
Es una manera cobarde, imprudente, inmadura, ruin, infantil, de poco hombre ventilar así, pero igual, en ratos del día así me percibo. Me desconozco. Súmale esto en pleno mid-life crisis… men, it has not been an easy road.
Sigo buscando pedazos de integridad, me permití que corrieran las lagrimas cuando llegaban de la nada, así fuera en el camión, en la calle, en un restaurante, en el trabajo, como si fuera el único en el mundo sin testigos. Cambié de oficio a uno que me encanta y nunca le enorgulleció.
Bendita la culpa que tengo con mis hijos y el dolor que pudiera sentir mi madre, que me hacían llegar a la siguiente hora. Día a día.
Pláticas, grupos, amigos, terapeutas que me han aportado su sabiduría, su tiempo, gracias. Hombres en la misma situación, que la vida, o la frecuencia, ha puesto en mi camino para escuchar, sin decir nada, sólo escuchar, me han enseñado a valorar tanto, bendecido. Agradecido con los cientos de hombres que han documentado su proceso. Por los que no la hicieron y ya no están. Curiosamente, aunque el camino es solitario, nadie puede solo. Sólo se siente estar solo, pero no lo estás. Nunca me había visto escribiendo esto, pero La Salud Mental es prioridad. Y si haces falta.
Iniciar a los 42. No la esperaba.
Ay! 2024, aunque cumplí con mis sueños de tantos años; Studio, Frecuencia, Página, Tiempo, Ingreso, Equipo, Contactos, Podcast, todo lo que siempre pensé querer se me concretó y al mismo tiempo, simplemente yo no estaba. Mi compañera no estaba. The light was on with no one in there. No había con quién celebrar, a quien abrazar y estoy aprendiendo a celebrarme solo.
Lo que considero mi más grande logro del 2024, es el no tocarme por 45 días en plena crisis. Me siento tan orgulloso de esto. Lo logré! Si pude! (indescriptible el esfuerzo y el orgullo conmigo).
Han sido muchos logros, chiquitititos, pero míos. Bañarme fue uno de ellos…
El 2024 se ha vivido intentando aceptar tantas decisiones que tomé, y esta es una de ellas; Documentar.
Decía que tenía mis cuadernos guardados en el closet, pero mis escritos los tiró. Por años he documentado pensamientos y emociones momentáneas, por lo mismo, para que mis acciones no fueran impulsos, es la forma de desahogo; unos lo hacen bailando, otros pintando y mi forma natural es la palabra, escribiendo es como hablo conmigo. Es platicar con Dios.
Documenté mis guerras, mis amores, mis odios, cartas no entregadas a la Florentino Ariza, la forma en la que procesé mi pasado; se fue. Lo tiró. Hasta cartas de amores que fueron, se quedó para leer. Mi casa ya no era el lugar seguro. Me sacudió decir adiós a mi yo, las historias por tantos años.
Haciendo paz con el ayer, resignándome a que fue “hasta donde mi capacidad me dió en ese momento para decidir”, hoy, me doy permiso, quito trabas, escribo, reconociendo el camino, reaprendiendo a disfrutar del viaje tan corto que queda, me permito volver a documentar lo vivido.
Intenté desahogarme manteniéndome activo; ejercicio, rutina, grabando, estudiando, porque sentía necesidad, pero coraje al escribir. A pesar de ello, del asco que me daba narrar, se convirtió en otro logro. Aproveché que momentos así son la llave para tener acceso momentáneo a emociones que no se viven a diario. Con mayor razón, hojas y hojas… mis más bajas pasiones, mis pláticas con Dios, mis infiernos, los chistes que ya no escuchará.
Ah cómo dolió y aun duele. Crecer duele. Así como las rodillas cuando tenía 7 años.
No hay nada que me puedan decir de mi, que no me haya gritado a tres centímetros del espejo.
Bendito dolor, pilar del crecimiento.
No hay nada qué reclamar que no se lo haya gritado al mar.
No se puede destruir lo destruido, ni quiero recoger piezas que reconozco de mí.
Mi bestia está domada, tranquila y sin necesidad de salir a destruir.
No hay nada que defender aquí.
No es mi territorio.
Ya no está en mi jardín a cuidar.
Su partida me partió.
Subí todas sus cosas a la camioneta, cargué cada bolsa llena de sus ropas, subí sus vestidos de danza despidiéndome de mi, el testigo del proceso cuando decide brillar sin estorbarle a Dios, y pensar que son capítulos que ya no leeré. Brillarás. Quise cargar el colchón donde alguien más respira su aliento. Abrace por última vez sus abrigos y chamarras aun con su perfume para ponerlos en la camioneta. Aguantando el coraje conmigo por sentir lástima y vergüenza, al ser mi compañera de vida quien pasaba por esa situación…
Le ayudé a empacar todas sus cosas en un solo viaje sin regreso. Cargué cajas, me aseguré que fuera bien amarrado, seguro, y sin problema para llegar a su destino. Su nuevo hogar. La abracé besándola incondicionalmente en sus labios. Un beso tierno, lento, invadido por “la pérdida de toda esperanza y la ausencia del sentido”. Interpreté su mirada con un “no me dejes ir, pero es lo mejor”.
Abrazados, sabiendo que era el último contacto, parados a media calle, su pecho en el mío acurrucada como solía reposar en mi, yo con una indescriptible paz, tristeza y náusea a la vez, acaricié su cintura, su nuca, olí su cuello, acaricié sus hermosos cachetes pidiéndole que me sonriera por última vez, sentía coraje conmigo al verla llorar. Sonrió.
La despedí con un beso en la frente, hablándole quedito, y como el intruso, un desconocido sentimiento disfrazado de impotencia y culpa nos acompañaba. Lágrimas de los dos a media calle. Le susurré: “Éramos para ser cómplices, testigos de nuestras vidas, nuestro lugar seguro, nada más. No puedo cuidarte de ti, te amo”.
No la he vuelto a ver.
Creí tener la historia de amor más increíble, y si. Aún no lo creo. Por momentos me hizo sentir como Rey. Hombre poderoso, invencible, fuerte, guapo, me hizo tocar el cielo. Cumplí. La admiración que me mostraba, nunca fue en su mundo y fuimos una buena novela de ficción que se leyó durante unas planeadas vacaciones. Pasé por el pesar de sentir arrepentimiento de lo vivido, un coraje conmigo por haberle tomado de la mano y haberle llamado “Mi mujer”. La vergüenza y el asco. No entendía porqués.
Mi desorientada lógica y mi descalibrado sentido común no concebían razones. En el verano me puse a “investigar”, como buen traumadito sin rumbo, y nooooombre, todo tiene sentido. Estoy bien jodidito de la chompa.
Vaya camino, sabía que existía pero éramos juntos quienes disfrutábamos del show ajeno. No esperaba ser protagonista y vivir esta situación a mi edad y menos sobrevivirla arrastrando, se la aplicaron al Alpha, me retiro de la comunión, soy uno menos que escuchará “hasta la última gota…”.
Repite conmigo:
“Fue hasta donde mi capacidad y entendimiento, en ese momento, me dió para tomar decisiones”
(Tirado a media sala en posición fetal)
Concluyo que señales habían, nos encantaba disfrutarnos, advertencias hubieron, y la historia bonita me la conté yo. Quise ver ese lado bonito. En mis ayeres había tanto que sanar antes que ella, que desarrollé la habilidad de verle el lado bueno a la cosas. El pan viejo y en oferta era el rico postre en casa.
Busco qué agradecer de esos años, y hay mucho, bastante, pero los “momentos” que hay, aun deseando que se queden y no olvidarlos, se disipan como el humo en nuestras noches de cigarro.
Vivió un infierno conmigo. No fue feliz. No la puede hacer feliz. Fueron años horribles para ella. Lo hizo ver con terceros, lo aburrida e insatisfecha que era la vida conmigo. Me detestaba y yo no sabía. Que horrible vivir tantos años así. Terminé agradecido con ella por jamás mostrarme el infierno que vivía a mi lado, bajo el mismo techo. Nunca me hizo ver el tormento, agradecí hasta el cansancio que me haya protegido con sus besos, sus caricias y su piel.
Me sorprendía que a quien llamaba mi compañera de vida estuviera en esta situación, pero platicando con gente, es epidemia.
Jodidos de casa más una programación mediática, canciones y redes, qué manera… no es fácil. Qué difícil ha de ser Ser mujer. Buscan la pareja según la moda, no buscan relación, sólo conexión, y cambia por día según la emoción, por eso tienen varios pero siempre Solteras.
Esa libertad que se vive donde el placer y el buen rato está en cada tienda, en el trabajo, en todos lados y el requisito hacia los hombres es el silencio y complicidad, aunque divertido, económico y favorable, me es triste que sean “más fáciles que la tabla del uno”. Y para la tranquilidad de la consciencia de un hombre; ellas se cuentan cada cosa para justificar las decisiones basadas en emociones pasajera y estar en paz sin sentirse usadas. Válgame Dios, qué momentos vivimos. Dense. Si no hay foto, no existió, y si no me acuerdo no pasó, me sorprendió lo común de mi situación. Lo común que es, quién por años, creí especial. Sentía mucha pena por haberla llevado de mi mano. Y comprobé que una relación longeva, es porque él perdonó.
Perdonar. Se elige con quien te vas a equivocar en el camino. Parece ser que aceptarlas es la única manera para estar en una relación o crear una familia. No me la esperaba. Entonces cómo para qué…?
Supongo que “el viejo sabio, o niño explorador” que tenemos por Dios, nos envía personas para poner a prueba nuestra integridad, aprender a ser selectivos, no perder la relación con uno mismo, pero aún no entiendo lo fácil que es, contarse la historia de que es “un mensaje de Dios” y llega para ayudar a sanar. La constante lucha interna.
Fue un golpe bajo, pero entendí que no es Adan quien muerde la manzana. Adan puede ver el árbol lleno de tentaciones y sólo aquel sin propósito, con miedos, intranquilo, o se quiere divertir sin pensar en consecuencias, es el que la toma. Eva, Las Evas siempre caen en tentación y está en Adán perdonar porque naturalmente no se puede controlar.
Si por naturaleza sólo le son leales a sus emociones… ¿Está en Adan aceptar la falta de autocontrol de Eva para poder vivir en casa “felices”?
Cuando pregunté, todas y todos, en tono de confesión, me dijeron que sì.
Será…?
Entonces para qué…?
Sin duda uno se cuenta la historia que más le conviene para poder levantarse en las mañanas, estirarse, trabajar, decir buenos días, y seguir durante el día.
Continuaré… en proceso.
Para lo que fue, tuviste misericordia.
Gracias 2024.